Felipe Andrés Studio: Diseño con carácter, alma y propósito

Cuando piensas en Felipe Andrés Studio, no piensas solo en diseño de interiores. Piensas en espacios que cuentan historias. Para Felipe, el diseño es una forma de conectar lo emocional con lo funcional. Cada mueble tiene un porqué. Cada color, una intención. Y cada proyecto, un alma.

De la imaginación infantil al nacimiento de un propósito

Desde pequeño, Felipe Andrés veía el mundo de una forma diferente. Mientras otros niños jugaban a ser héroes, él imaginaba los espacios donde vivirían: sus casas, sus ciudades, sus historias. Más que construir figuras con juguetes, diseñaba ciudades completas, entendiendo que los espacios no solo son escenarios, sino protagonistas de la vida.

Convertir esa pasión en un camino profesional no fue fácil. La necesidad económica lo llevó a trabajar desde joven, iniciándose de manera autodidacta en la decoración, inspirado inicialmente por un primo que decoraba árboles de Navidad. Aunque inició estudios de arquitectura, fue en la vida real donde forjó su verdadero carácter: aprendiendo a través de la intuición, la observación y el error. En un medio competitivo y reservado, Felipe abrió su camino con perseverancia, perfeccionando su arte proyecto tras proyecto, impulsado por la certeza de que su talento era algo más que una habilidad: era su propósito.

El valor emocional: diseñar para preservar memorias

A diferencia de muchos en la industria, para Felipe Andrés, el diseño no es un ejercicio superficial. Su enfoque está en el valor emocional de los espacios. Cada objeto puede ser un puente hacia el pasado: una silla de la abuela, una mesa heredada, un adorno con historia. En su visión, lo verdaderamente lujoso no es lo nuevo ni lo ostentoso, sino lo que conserva alma, lo que cuenta una historia única.

Inspirado por ciudades como Nueva York —donde los edificios clásicos conviven con rascacielos modernos sin perder su esencia—, Felipe busca que sus proyectos preserven memorias mientras abrazan la modernidad. Cree firmemente en el reciclaje emocional: rescatar lo que tiene valor simbólico y adaptarlo a nuevos escenarios de vida.

Un diseño que emociona, que transforma

Hoy, Felipe Andrés Studio es la materialización de años de pasión, lucha y evolución.
Su marca respira los valores que lo definen: creatividad en cada propuesta, perfeccionismo en cada ejecución, y una extravagancia emocional que rompe esquemas sin perder elegancia.

Para Felipe, entregar un proyecto no es simplemente cumplir con un contrato: es darle a sus clientes el escenario de sus vidas. Es verlos emocionarse al entrar a un espacio y sentir que, finalmente, su casa refleja lo que llevan en el alma.

"Cuando un cliente llega a su casa, mira a su alrededor y dice: 'Lo logré, qué bien se ve'… ahí es cuando sé que cumplí mi propósito."

Mirando hacia el futuro: más allá de los espacios

Felipe sueña con expandir su estudio, crear un equipo de profesionales que compartan su pasión obsesiva por el detalle, y lanzar su propia línea de muebles y objetos. Piezas pensadas no solo para decorar, sino para seguir contando historias: lámparas, sillas, mesas... objetos que hagan del día a día algo extraordinario.

Su visión es clara: seguir diseñando mundos que hagan sentir a las personas más conectadas consigo mismas, con sus raíces, y con su propio sentido de hogar.

Porque en Felipe Andrés Studio, cada espacio tiene carácter, cada diseño tiene alma, y cada proyecto tiene un propósito: transformar vidas a través de las emociones.




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No diseñamos casas. Diseñamos historias: así trabajamos en Felipe Andrés Studio